En la era digital, la tecnología y las redes sociales tienen un impacto profundo en la salud mental de las personas, tanto de manera positiva como negativa. Por un lado, las plataformas sociales pueden ser una fuente de apoyo emocional y un medio para compartir experiencias, pero también han dado lugar a nuevos desafíos como el acoso cibernético y la presión por mantener una imagen perfecta en línea.
El uso excesivo de las redes sociales se ha asociado con problemas como la ansiedad, la depresión y la soledad, particularmente entre los jóvenes. La exposición constante a contenidos filtrados o a la comparación social puede generar sentimientos de insatisfacción y estrés.
Por otro lado, la llamada "salud digital" ha emergido como una disciplina que promueve el uso responsable de la tecnología para mejorar el bienestar psicológico. Iniciativas que fomentan la salud emocional en línea buscan integrar prácticas de autocuidado, mindfulness y terapia digital, creando espacios de apoyo y recursos accesibles.
En la sociedad hiperconectada actual, el desafío es encontrar un equilibrio entre los beneficios de la tecnología y los riesgos asociados con su uso excesivo, especialmente en lo que respecta al impacto emocional.