“Revista internacional de ciencias”, que forma parte de las especializadas de esta naturaleza que contribuyeron al establecimiento progresivo de una ciencia española y unas élites científicas en el último tercio del siglo XIX. Su primera entrega corresponde al diez de enero de 1878 y prolongó su presencia hasta 1892. Fue fundada en Barcelona por el ingeniero y escritor Rafael Roig i Torres (1855 -1931), que la dirigió y de la que era propietario, siendo prohombre de la patronal agrícola catalana y partidario del proteccionismo comercial (fue director de la Compañía General de Electricidad de Barcelona), y como publicista dirigió otras publicaciones del Instituto Catalán de San Isidro y fue colaborador de revistas francesas. En entregas de 24 páginas, compuestas a una columna, y con foliación continuada anual, su colección la integran quince tomos. Lleva cubierta, en donde además de la cabecera, cuadro de colaboradores y sumario, inserta también anuncios comerciales de carácter bibliográfico e industrial. Elabora índices anuales tanto de autores como de materias, manteniendo una clara estructura de sus contenidos: matemáticas, astronomía, física, meteorología, química, historia natural, medicina o agricultura, así como crónicas y noticias varias, sobre bibliografía, necrología, academias y sociedades científicas, descubrimientos o acontecimientos científicos, entre otras, como fue dar cuenta del fallecimiento de Charles Darwin (1809 -1882). No inserta grandes ilustraciones, pero sí figuras, esquemas, tablas, fórmulas, dibujos o algunos fotograbados. Roig fue defensor de la modernización científica, como vía del crecimiento industrial, y su revista, que apareció los días 10 y 25 de cada mes, tuvo voluntad internacional, con centros de suscripciones en ciudades como Londres, Berlín, Viena, Atenas, San Petersburgo, La Habana o Manila, tal como se señala en su información administrativa, y en ella se publicarán traducidos trabajos de científicos extranjeros, especialmente franceses. Entre los españoles que publicaron en sus páginas se encontraba el presbítero, teólogo y científico Jaume Almera i Comas (1845 -1919), quien en 1883 dará cuenta de un descubrimiento paleontológico importante, el primer hallazgo de una mamífero fósil en Cataluña, como fue la presencia del Mamut en las riberas del Bajo Llobregat. Almera, junto a otros científicos asimismo católicos, como el geólogo y astrónomo antidarwinista José Joaquín Landerer (1841 -1922), el arqueólogo y naturalista Artur Bofill i Poch (184? -1929) o el médico y paleontólogo Joan Vilanova i Piera (1821 -1893), también expresarán en las páginas de la revista un discurso alternativo y conciliador entre ciencia y religión. Por su parte, el jesuita y biólogo Jaume Pujiula Dilmé (1869 -1958), director del Laboratorio de Biología del Instituto Químico de Sarrià, publicará trabajos de zoología ilustrados con fotografías. Además de los citados, otros destacados matemáticos escribieron también para esta revista, como es el caso del ingeniero Lauro Clariana i Ricart (1843 -1913). Su lista de colaboradores es amplísima: el químico Eugenio Mascareñas Hernández (1853 -1934), el ingeniero forestal Joaquín María de Castellarnau y Lleopart (1848 -1943), el físico -matemático Federico Pérez de Nueros (1830 -1917), Tomás Escriche y Mieg (1844 -1935), Pedro Marcolaín San Juan, Manuel Herrera, Miguel Merino, Vicente Ventosa, J.R. de Luanco, J.A. Vidal, C. Pujazón, P. Viñes o Ch. V. Zenger, entre otros muchos. La colección de este título en la Biblioteca Nacional de España sólo contiene tres números correspondientes al año 1891. A la colección completa se puede acceder a través de webs de otras instituciones. Algunas referencias bibliográficas sobre la historia de la ciencia española son las de J. Sala Catalá, Joan Vernet y José Llombart Palet.