Esta publicación aparece en diciembre de 1919 con el título Vida femenina, con periodicidad mensual y textos completamente en castellano. Su subtítulo era “boletín del Instituto de la Mujer que Trabaja”, el primer “organismo de acción social femenina”, que es constituido en esa época como filial de la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros (actual La Caixa), por quien había sido el fundador, en 1904, y será el primer director general de esta entidad, el abogado Francesc Moragas i Barret (1868 -1935). También en esa época, Moragas integrará en dicho instituto al Montepío de Santa Madrona y la clínica de este nombre, fundada en 1900, una de las principales maternidades de Barcelona. Al comenzar el siglo se había promulgado la ley de protección del trabajo de los niños y de las mujeres, y el objetivo del instituto, como organismo benéfico -social, fue la protección económica, social y moral de las mujeres trabajadoras o de familias obreras, y la defensa y asistencia de sus asociadas en caso –entre otros– de enfermedad y maternidad y el correspondiente pago de subsidios, como fundación mutualista, y a través de la enseñanza o la creación de bibliotecas.A partir de 1928 amplía el título a Vida social femenina. Su colección en la Biblioteca Nacional de España (BNE) comienza en enero de 1934 (aparece el último día del mes), en su XVI año edición. Cada año reinicia la numeración de sus entregas y la foliación. Cada una de ellas es de ocho páginas, que en alguna ocasión aumenta hasta las doce, compuestas a una y dos columnas, e ilustradas con fotograbados de actualidad y dibujos, así como otros procedentes de los concursos de fotografía organizados para los empleados de La Caixa. Ahora, sus indicaciones y textos informativos van escritos en catalán y bajo su cabecera se indica: Bulletí de l’Institut de la Dona que Treballa, organisme d’acció social femenina de La Caixa de Pensions per a la Vellesa i d’Estalvis. Pero otros textos lo son en castellano, principalmente los de creación literaria, como poemas y narraciones, publicados por colaboradores y colaboradoras, probablemente muchas de ellas socias del instituto que, en la década de los treinta, superará el número de 20.000 en Barcelona. Ha sido clasificada como revista “femenina”, y en su primer número de 1919 ya había indicado que su fin era informar a las asociadas del estado y marcha de las distintas secciones que constituían el instituto, y “obtener en favor de la mujer que trabaja el mayor bienestar posible, la mayor cultura posible y la mayor elevación moral posible”. Y al coincidir su salida con la reciente revolución rusa expresará también: “Sabremos con nuestra intervención cívica, cristianizar de nuevo esta civilización que agoniza a los rudos embates del bolchevismo universal”. Gallego Ayala (1990) señala que la publicación fue defensora y difusora de los principios cristianos, “haciendo gala de un paternalismo exacerbado hacia las mujeres”. Quizá por este carácter cristiano -moralizante, la publicación haya sido también –erróneamente– clasificada como de Acción Católica. En sus páginas informa de la actividades y ofrece estadísticas del instituto y del montepío –que tienen sección fija–, además de otros textos sobre sociología, folclore, asuntos morales, medicina, educación física y la mujer trabajadora, algunos perfiles biográficos o reportajes de homenajes, y tiene otras secciones fijas, como Món femení o Miscelánea. Como “obra femenina de previsión social”, el instituto cuenta con oficinas y dispensarios en la barcelonesa Vía Layetana, así como clínicas de Cirugía, Medicina y Maternal, las casas - familia de Santa Madrona y Angels Mateu y la Escola i Servei d’Infermeres en dicha ciudad, y en Lérida, otros dispensarios y escuelas profesionales. Amplió su área de actuación a las Baleares, con oficinas, dispensarios y clínicas en Palma de Mallorca, Mahón, Ibiza, Manacor y otras poblaciones de las islas, publicando, a partir de febrero de 1930, en la primera de ellas una nueva publicación: Vida femenina balear. Ésta se fusiona con la revista barcelonesa a partir del número 1 de 1936, reduciendo Vida social femenina a partir de esta entrega su formato, duplicando su número de páginas, hasta la dieciséis, y utilizando la estampación a varias tintas de su primera página, que a veces es usada como cubierta. Así mismo, introduce alguna publicidad comercial. La revista no fue ajena a los acontecimientos históricos, políticos y sociales que se sucedieron durante su larga vida. Así, en julio de 1931 se hará eco del nuevo seguro obligatorio de maternidad, implantado al comenzar este periodo republicano. Otro cambio sustancial de la publicación se va a producir a partir de julio -agosto de 1936, cuando el instituto, aunque sigue subvencionado por La Caixa, es incorporado a la Generalitat de Catalunya, que la reconvierte en una institución laica, pero respetando la libertad de conciencia religiosa de sus asociadas, a la vez que los textos que publica la revista lo serán ya completamente en lengua catalana (Gallego Ayala: 1990). Entre otras firmas bajo sus textos, aparecen de las de María L. Sagredo, Dolors M. de Macia, Manuel Ribot i Torres, Luisa Marta o la del citado Moragas. También colaboró en sus páginas la prestigiosa pedagoga Francesca Bonnemaison i Farriols (1872 -1949), de quien se ha dicho que fue la directora de la revista, y en torno a 1935 colabora el dibujante Ricardo Opisso i Sala (1880 -1966). En torno a 1929, la presidenta del instituto era Josefa Cammany de Pinel. A partir de enero de ese año 1936, la secuencia numérica de sus entregas es sucesiva, y su paginación deja de ser continuada. La colección de este título en la BNE incluye hasta el número 5, correspondiente a mayo de 1936, y, seguidamente, salta al número 14, de marzo de 1937. El número 17, será de junio de 1937, y existe la entrega de julio de este año, pero sin numerar. El instituto editó también algún anuario. Además de la bibliografía ya referenciada, véase la de Torrent y Tasis (1966), Segura y Selva (1984) y Sánchez Hernández (2009), entre otra.