Subtitulado “semanario de la vida nacional”, se trata de la publicación con más amplia repercusión en la denominada “edad de plata” de la intelectualidad española, el primer proyecto periodístico de José Ortega y Gasset, y en la que confluyen las corrientes reformistas liberal -democráticas y las también antioligárquicas, radicales y antimonárquicas del socialismo. En ella se dan cita tanto los máximos representantes de la generación del 98 como la del 14, y algunos que integrarán la del 27. Nace de un espíritu neo -regeneracionista en torno a la Liga de Educación Política, y gracias a la financiación del poeta ateneista Luis García Bilbao. Entre sus primeros redactores se encuentran el propio Ortega, así como Pío Baroja (con la sección “El tablado de Arlequín), Ramón Pérez de Ayala (“Críticas teatrales” y “Apostillas"), Eugenio d’Ors ("Las obras y los días"), Juan Guixé (“Vida real de España”), Enrique Díez -Canedo, encargado de la sección literaria, así como Luis de Zuloaga, Gregorio Martínez Sierra, Ramiro de Maeztu. También son colaboradores Manuel B. Cossío, Manuel Azaña, Luis Bello, Jacinto Benavente, Miguel de Unamuno, Ramón del Valle Inclán, y, desde provincias, Pedro Corominas y Manuel Reventós (Barcelona), Fernando de los Ríos (Granada), Juan Díez del Corral (Córdoba), Juan Rof Codina y Santiago Casares Quiroga (Galicia) o Antonio Machado (Jaén). También escribirán en ella Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Rafael Marquina, Adriano del Valle o Azorín, entre otros muchos. Con un formato más de periódico que de revista, editó un total de 415 números, de entre 12 y 20 páginas cada uno, con una portada en la que pronto ocupó una gran ilustración a color, publicando otras en su interior, obra de Bagaría, Penagos o Arniches, entre otros, dando cabida también a las fotografías de actualidad. Los artículos de fondo ocuparon gran parte de sus páginas, de carácter político, filosófico, literario, artístico, social, cultural, acompañados de reportajes, crónicas nacionales y extranjeras, noticias, críticas, apuntes, etc. También insertó anuncios publicitarios, aunque tuvo durante sus diez años de vida una precaria vida económica. Ortega abandonó pronto su dirección tras su ruptura con los reformistas de Melquíades Álvarez, para tomarla Luis Araquistáin, desde 1916 a 1923, que le dio un impulso periodístico, cargado de polémica y de debate, quien también se encargó de publicitar la propaganda de los aliados durante la primera gran guerra a cambio de financiación. Por último, Manuel Azaña se hará cargo de su dirección, pero la revista no pudo superar las trabas que le impuso la dictadura primoriverista en 1925. Es considerado como el periódico político más importante de la edad de plata, órgano periodístico -doctrinal del neo -regeneracionismo, del grupo reformista integrado por liberales, demócratas, socialistas y agnósticos que criticaron duramente el institucionalismo paralizador de la Restauración, portavoz de todo el descontento nacional, del republicanismo socializante, del catalanismo de izquierdas o del movimiento obrero. Su edición facsímil fue publicada en 1982, con un prólogo de Salvador de Madariaga, un estudio preliminar a cargo de Manuel Tuñón de Lara y Enrique Montero, e índices cronológico y onomástico.