Una de las más destacadas y longevas revistas ilustradas dedicadas a la moda y las labores destinadas a la mujer, a imitación de las que triunfaban en el París de finales del XIX y primeras décadas del XX, y que representa la última y más próspera empresa periodística de Julio Nombela, seudónimo de Santos Julio Nomblea (1836 -1919), un periodista y escritor de oficio, que tras militar en el tradicionalismo carlista había optado por el conservadurismo de la Restauración afonsina. Aparece el nueve de enero de 1888, con el subtítulo “revista ilustrada hispano americana”, llegando seis años después a alcanzar los 24.000 ejemplares, difundidos tanto en España como en las colonias de ultramar, sufriendo en el periodo finisecular una merma en estas últimas suscripciones. Su periodicidad inicial será quincenal, en números de ocho páginas, con nutridas y bellas ilustraciones, principalmente en la portada y páginas centrales, de grabados de modelos, figurines, vestidos, sombreros y otros complementos, así como patrones, labores y dibujos para bordar. Más tarde llegará a incluir el color en la litografías de sus figurines (acuarelas). Sus textos comienzan siempre con una Crónica, prácticamente firmada a lo largo de toa su vida, por Blanca Valmont, y más tarde por V. de Castelfido. Otra de sus firmas habituales es la de El Abate, así como las de Mariano Lara, Juan de Madrid, Pedro Iglesia Caballero y el Dr. Alegre. Aunque a veces roce la actualidad general y el género de la biografía, sus textos versan casi en su totalidad sobre moda femenina (también sobre la infantil, y en algún caso sobre la de hombre) y sus complementos y las labores del hogar, además de algunas cuestiones de salud e higiene, decoración y mobiliario, gimnasia, recetas de cocina, reglas de etiqueta, conocimientos útiles, curiosidades, y otras cuestiones domésticas. “Preguntas y respuestas” será una de sus secciones, y llegará a tener otra sobre celebración de desposorios. También publica el clásico folletín por entregas y su última página la dedica a anuncios comerciales, entre los que aparecen los relacionados con el cuidado y embellecimiento de la mujer. Llegó a alcanzar tanto éxito y beneficios, que su propietario y director logró montar su propia imprenta y editorial, resarciéndose así de su anterior etapa periodística. Dirigida al público femenino de clase media, influenciada por la industria textil francesa, la revista añadirá a su título el lema “Todo por la mujer y para la mujer”, será semanal (saliendo los domingos), tendrá dos ediciones y publicará los suplementos El tocador de la moda, sobre peinados y consultas, que a partir de 1899 aparece cada primer domingo de mes, y Labores femeninas, con patrones artísticos. Posteriormente volverá a tener una periodicidad quincenal. Introducirá el color en su portada, así como la fotografía de modelos. En la colección de la Biblioteca Nacional faltan los años 1888 -1889 y 1896, y su último número corresponde al 20 de noviembre de 1921. Dejó de publicarse en 1927. A la muerte de Julio Nombela, le había sucedido en su edición su hija Rosa.