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Momento 3. Edad Moderna: ingeniería, poder y control

En este momento conocerás cómo, durante la Edad Moderna, el control del agua se convirtió en una herramienta clave para el desarrollo de las ciudades, la agricultura y la industria. Aprenderás cómo se construyeron embalses y presas para regular el caudal de los ríos, cómo funcionaban los molinos de agua que movían la economía local y cómo se planificaron los canales de riego y de navegación para unir territorios y facilitar el transporte.

El agua como motor de cambio

  • Embalses y presas: comenzaron a construirse grandes obras para retener agua y asegurar el riego en tiempos de sequía.
  • Molinos hidráulicos: molían grano, movían martinetes para trabajar el metal o batanes para la lana, siendo el corazón de muchas comunidades.
  • Canales de riego y navegación: permitieron ampliar cultivos y, en algunos casos, transportar mercancías y personas (ejemplo: el Canal Imperial de Aragón).

Durante la Edad Moderna (siglos XVI al XVIII), la gestión del agua en los territorios que conforman hoy España experimentó una profunda transformación, marcada por el avance de la ingeniería, el desarrollo del pensamiento científico y el creciente control del Estado sobre los recursos naturales. 

Con el Renacimiento y la expansión de las ideas científicas y técnicas, comienza a consolidarse la figura del ingeniero hidráulico, heredera del maestro de obras medieval pero con una formación más sistemática. Los ingenieros no solo construyen acueductos, presas o molinos, sino que también escriben tratados, diseñan máquinas y asesoran a la monarquía en proyectos de gran escala. Autores como Juanelo Turriano o Agustín de Betancourt son ejemplos de esta transición entre el conocimiento artesanal medieval y el saber científico aplicado a la hidráulica. Su trabajo combinó la invención mecánica con el diseño de infraestructuras complejas, muchas de las cuales buscaban responder a las demandas de las ciudades, el ejército o la producción agraria e industrial. Obras como los Veintiún libros de los ingenios y de las máquinas de Pedro Juan de Lastanosa, o el Ensayo sobre la hidráulica rústica reflejan este giro técnico hacia el conocimiento aplicado al medio natural.

Acueducto en Veintiún libros de los ingenios y de las máquinas 

La conducción, almacenamiento y aprovechamiento del agua se convierte en un desafío clave para el desarrollo de ciudades, zonas agrícolas e industrias. Se diseñan máquinas hidráulicas complejas capaces de elevar el agua a terrenos altos, mover fuelles o martinetes en las ferrerías, o accionar molinos harineros en zonas fluviales. Estos ingenios usan la fuerza del agua, del viento o de animales y se inscriben en una visión del progreso asociada a la capacidad humana para dominar la naturaleza.

Uno de los elementos más significativos de esta época es la construcción o mejora de infraestructuras hidráulicas duraderas, como canales, presas o acueductos. Aunque muchas veces se reutilizan trazados romanos o medievales, el enfoque es diferente: ahora se planifica a gran escala, se intenta ganar terreno al medio y se estudia la ingeniería desde una lógica sistemática. La canalización de ríos para facilitar la navegación interior —proyecto muy presente en el siglo XVIII— responde a la voluntad de integrar el agua en los grandes circuitos del comercio.

Rueda hidráulica

En paralelo, el Estado comienza a intervenir de forma directa en la gestión del agua. A través de Reales Ordenanzas, reglamentos y cuerpos técnicos especializados, se establece un marco normativo que regula el uso del agua para el riego, la navegación, el abastecimiento urbano o la industria. Documentos como el Reglamento y ordenanzas de la Real acequia de Jarama evidencian la intención de ordenar, estandarizar y controlar estos sistemas, en muchos casos tradicionalmente autogestionados. Esta normativa no solo refleja una preocupación por el uso racional del agua, sino también un ejercicio de poder político sobre el territorio.

En las zonas rurales, el agua sigue siendo vital para el funcionamiento de molinos, batanes, martinetes o ferrerías. La energía hidráulica se convierte en el eje de muchas economías locales, lo que lleva al diseño y mejora de ingenios mecánicos que aprovechan caudales irregulares o ríos de montaña.

Planos y Perfiles de todos los Edificios pertenecientes ala Fabrica de Hierro colado i Dutil, éstablecida én la jurisdiccion de Sargadelos

Aunque los grandes tratados técnicos y obras hidráulicas de la Edad Moderna se desarrollaron principalmente en la península, también en los archipiélagos balear y canario, así como en Ceuta y Melilla, se aplicaron formas de gestión y regulación del agua adaptadas a sus realidades geográficas. En Baleares, se mantuvieron y ampliaron los sistemas de captación, pozos y cisternas heredados del periodo islámico, con nuevas ordenanzas locales y obras para abastecer ciudades en crecimiento como Palma. En Canarias, la escasez de agua y la dependencia de fuentes subterráneas impulsaron la construcción de galerías, cantoneras y repartos regulados por normativas insulares que se consolidaron entre los siglos XVII y XVIII. En Ceuta y Melilla, el control del agua en época moderna siguió estando condicionado por la necesidad de abastecimiento militar y urbano, lo que motivó intervenciones técnicas y defensivas en aljibes, acueductos y sistemas de recogida de agua de lluvia. Aunque de menor escala, estas soluciones reflejan también la progresiva tecnificación y regulación del recurso en todo el territorio español.

En resumen, la Edad Moderna puede entenderse como una etapa en la que el agua, sin dejar de ser un bien esencial para la vida cotidiana, se convierte también en objeto de diseño, regulación y control, articulando nuevas relaciones entre naturaleza, técnica y poder. El interés por elevar, desviar, canalizar o almacenar el agua da lugar a una cultura hidráulica que dejará huella en el paisaje, en la legislación y en la forma de concebir la relación entre el ser humano y su entorno.

A continuación se presentan una serie de fuentes documentales y visuales conservadas en la Biblioteca Nacional de España que permiten explorar con más detalle este proceso de transformación en la gestión del agua durante la Edad Moderna. A través de tratados técnicos, grabados, esquemas de máquinas hidráulicas y reglamentos reales, es posible acercarse a los avances en la ingeniería hidráulica, a los modos de regulación institucional y a las representaciones visuales del agua como recurso organizado y controlado.

Estos documentos ofrecen múltiples entradas para el trabajo en el aula: desde el análisis de soluciones mecánicas ideadas para elevar el agua, hasta la lectura crítica de normas y reglamentos que reflejan cómo se gobernaba este bien común. Los materiales servirán además como base para desarrollar las actividades propuestas en este bloque, centradas en la relación entre técnica, poder y territorio.

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