Ahora que disponéis de conocimientos sobre los diferentes objetos celestes que nos podemos encontrar en el cielo, nos centraremos en aquellos que podemos ver a simple vista y por cientos o miles, según el lugar de observación que hayamos elegido y lo oscura que sea la noche. Hablamos de las estrellas, esos objetos celestes que brillan con luz propia en el firmamento, y que nos envuelven formando parte de lo que llamamos la bóveda celeste.
Si nos alejamos de las zonas iluminadas, lejos de las luces artificiales de las ciudades y pueblos, en una noche despejada, con la única luz de las estrellas, podremos disfrutar del maravilloso espectáculo que nos brinda el firmamento. Poco a poco nuestra vista se irá adaptando a la oscuridad, y cada vez seremos capaces de ver más cantidad de estrellas, unas mayores y de más luminosidad que otras, e incluso podremos distinguir en ellas diferentes tonalidades amarillas, azules o rojizas.
Ya estáis preparados para realizar vuestra primera observación del cielo, para la que previamente construiréis un contador de estrellas, que os ayudará a “contar” las estrellas del firmamento. ¡Sí, habéis leído bien! Vais a ser capaces de hacer una estimación de las estrellas que podéis observar a simple vista.