Como señala el historiador Eric Hobsbawm en La era de las revoluciones, en la actualidad, en nuestro lenguaje habitual usamos palabras como «industria», «democracia», «clase media», «clase trabajadora», «capitalismo» y «socialismo», «liberal» «nacionalismo», «científico», «periodismo» e «ideología». No pasa un día en que no los mencionen en medios de comunicación, en discursos políticos o en la vida cotidiana.
Estos términos, que hoy hacen de alguna manera a nuestra sociedad, no existieron siempre, surgieron y comenzaron a usarse a partir del siglo XVIII, en un período de grandes cambios que definió de alguna manera el mundo en el que hoy vivimos. Estos importantes cambios de este período se dieron a través de acontecimientos que los historiadores han llamado “revoluciones”. Comprender estas revoluciones, que en los siglos XVIII y XIX crearon instituciones, palabras e ideas que hoy están vigentes, ayuda de alguna manera a entender el mundo en el que hoy vivimos.
¿Cuáles son las causas de que las sociedades cambien? ¿Qué acciones de los ciudadanos, hechos o acontecimientos tienen que suceder para que se transformen en forma total regímenes políticos de años, estructuras sociales o sistemas económicos?
¿Quiénes son los actores de estos acontecimientos? ¿Qué hicieron? ¿Qué pensaban? ¿De qué manera miraban el mundo las personas que participaron de estas transformaciones?
¿Cuáles de las ideas, que fueron base de esas revoluciones, siguen hoy vigentes? ¿Qué otras ideas estarían impulsando nuevos cambios en la actualidad o en el futuro? ¿Estamos transitando actualmente algún proceso de cambio que podría considerarse revolucionario?
¿Cómo podemos reconstruir el pasado? ¿De qué manera podemos hoy, muchos años después, estudiar y comprender, textos, hechos, ideas, acciones, expresiones de arte que tuvieron lugar en otros tiempos y espacios? ¿Qué nos puede contar un texto de la época, un discurso de un protagonista o una imagen?